La juventud, ¡ay la juventud! Que maravillosa edad para todas
las personas menos para los jóvenes. Esa edad en la que tu cuerpo y tu mente están
al 100%. Esa edad en las que tus ataduras son escasas, pues aún no has formado
una familia, y puedes ir donde te plazca sin que nadie te diga que eres menor o
te mire excesivamente mal por ser un adolescente. Tus hormonas están que se
suben por las paredes y listas para… bueno, para eso.
Qué bonita es la palabra libertad, ¿verdad? Yo siempre la
llevo encima para que no se me olvide. Libertad para hacer lo que te apetezca,
hasta que… te das cuenta que para hacer lo que te apetezca necesitas dinero.
Entonces es cuando verdaderamente comienza el castigo para un
joven, especialmente si este joven tiene estudios superiores. Pues los demás ya
están trabajando de años atrás. Te dispones a buscar tu primer empleo, y te das
cuenta que son unas prácticas, eres un becario. Con suerte o un buen gestor de RRHH en la
empresa, acabarás trabajando en ella y si no… ya sabes por dónde queda la
oficina de empleo. También puedes mandar unos currículos a ciertas empresas y
en 2 semanas estarás trabajando de nuevo y con un buen sueldo.
¿Suena bien verdad? Dilo, suena de puta madre
lujo. Pues sí, todo esto es lo que pasaba años atrás, cuando la
palabra crisis solo se usaba para decir; fulanito tiene una crisis mental, o
decir que ese matrimonio está en crisis. Actualmente las empresas requieren
puestos con una gran experiencia y todos esos puestos se los llevan
trabajadores que han perdido su empleo, gente no joven. A estos empresarios, que
contratan a gente tan experimentada, decir que pueden cometer errores, ya que
esta gente tan experta suele no amoldarse nunca a la nueva empresa y no rendir al 100%, en cambio una persona joven, por todos es sabido, es capaz de
adaptarse a la empresa y moldearse a las órdenes de su nuevo empleador.
Jóvenes, aún quedan unos años duros. Los que estéis estudiando
seguid haciéndolo, no quitéis más puestos, jeje. Y los que estéis buscando
empleo, no os desaniméis y seguid intentándolo. El tiempo lo pone todo en su
sitio. Mientras tanto disfrutad de la parte buena de la juventud.
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