Según los sociólogos es una: “Reunión masiva de jóvenes de entre 14 y 24 años fundamentalmente, para consumir la bebida que han adquirido previamente en comercios, escuchar música, y hablar.”
No andan muy desencaminados los sociólogos, pues a pesar de que ha habido ciertas variaciones en este tipo de evento, su función básica sigue siendo es esa. Es como un bar, pub, o incluso una discoteca, un sitio donde ir a tomarte algo con tus amigos, y descansar un poco del resto de la semana, aunque sea con un vaso de plástico en la mano.
Y precisamente esto último, la poca elegancia que existe en este evento, y que quede claro que no es por el señorío de los vasos, es por la cantidad de suciedad que se acumula aquí. Suciedad material y social, materializada con los excesos de los individuos, aunque sólo son casos aislados estos últimos.
Hablando de la suciedad material. No creo que muchos de los asistentes al botellón se hayan levantado a menudo a tempranas horas y ver como ha quedado su fiesta, y admito que parte de la mía. El simple gesto de dejarlo todo un poco amontonado y ayuda para su posterior recogida, y si ya metiéramos las bebidas en la misma bolsa en las que las llevamos, seriamos los auténticos señores, sin necesidad de usar cristal de bohemia en nuestras copas.
¿Por qué no intentamos recoger o mínimo amontonar nuestra “mierda”? Venga, va, que a partir de ahora… (como siempre diremos)
Como dato curioso te dejo estos gráficos sobre el tipo de bebidas que se consumen mayoritariamente en algunos países europeos, entre ellos España.
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| Fuente: Comisión Europea |
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